Cécile McLorin Salvant hechiza con su voz camaleónica el Teatro Cervantes

 

La noche en el Teatro Cervantes de Málaga se vistió de sutileza, ironía y emoción con la actuación de Cécile McLorin Salvant, una de las voces más fascinantes y complejas del jazz contemporáneo. En el marco del Festival Internacional de Jazz de Málaga, la cantante franco-estadounidense desplegó un recital que reafirmó su reputación como heredera y renovadora de la gran tradición vocal del género.

Acompañada por un grupo de músicos de altísimo nivel, Salvant se movió con naturalidad entre el repertorio clásico del jazz, composiciones propias y joyas del cancionero en lengua castellana  (Todo es color de Lole y Manuel; Puro teatro de La Lupe; Te vi de Fito Páez y Quisiera ser un pez de Juan Luis Guerra). Cada interpretación fue un ejercicio de teatralidad y precisión emocional: Salvant no canta simplemente, interpreta con el cuerpo, el gesto y la mirada, construyendo pequeños relatos sonoros que capturan la atención del público desde el primer acorde.

Dueña de una técnica impecable y una dicción cristalina, transitando idiomas y estilos con la misma elegancia con la que modula su voz entre la ternura y la ironía. Su dominio del escenario —sutil pero magnético— hizo del concierto una experiencia íntima, en la que el público malagueño respondió con calidez y ovaciones prolongadas.

El concierto en el Cervantes confirmó lo que ya es un consenso entre crítica y aficionados: Cécile McLorin Salvant no solo interpreta canciones, sino que crea mundos. Cada nota, cada pausa y cada palabra parecen tener un propósito narrativo, un guiño teatral que conecta el jazz con el arte del storytelling. En Málaga, volvió a demostrar que su voz es un instrumento capaz de atravesar géneros, fronteras y épocas con una sensibilidad única.

 
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