Un total de ocho conciertos, repartidos en dos días, con el que cerrar por todo lo alto este festival ‘Made in Málaga’

El pistoletazo en La Malagueta lo dió Rosario la Tremendita que inauguró los conciertos en el coso malagueño. Su raíz flamenca es indudable, pero la artista de Triana no duda en fusionar su arte andaluz con sintetizadores e instrumentos eléctricos. Una propuesta innovadora para abrir boca en un fin de semana de música.

La jornada continuó con Depedro cuando el sol comenzaba a caer y el calor malagueño daba tregua. Sus letras delicadas, su voz envolvente y la enorme calidad de los músicos que lo acompañan fueron los ingredientes de un cóctel musical que será difícil de olvidar en Málaga.

Con ese clímax llegó el concierto de Macaco. Las expectativas eran altas, pero no hubo lugar para la decepción. Dani levantó la Plaza de Toros desde el primer minuto con su mítico ‘moving’ y el público coreó la letra a la perfección.

Y qué decir del directo de Chambao, con La Mari en el esperado regreso del grupo. La malagueña jugaba en casa e hizo una entrada fue triunfal con una panda verdiales. Nada más auténtico y más malagueño.

Los chicos de Shinova dejaron a todo el público la ‘sonrisa intacta’, la arena de la plaza de todos cada vez se
llenaba más y se entregaba más al son de exitazos como ‘Gigantes’ o ‘Mirlo Blanco’.

El buen rollo que se creó el sábado entre el público de La Malagueta llegó al éxtasis con el directo de Carlos Sadness. Por unos instantes, el mediterráneo se transformó en una costa tropical, bañada por las canciones de Carlos, su ukelele y su cálido e inconfundible pop.

Pero lo cierto es que, desde primerísima hora, eran los ‘fans de John Boy’ los que se agolparon en las primeras filas de la Plaza de Toros. Love of Lesbian, después de una larga gira por Latinoamérica, los catalanes llegaban a la Costa del Sol para dar su único concierto de Andalucía en este año. Santi, Julián, Joan, Jordi y Oriol desplegaron una puesta en escena deslumbrante

 

 

 
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